El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

8.2.20 Efectos de la Santa Cena

Quien gusta dignamente la Santa Cena, es partícipe del mérito obtenido por Jesucristo con su sacrificio. El tomar parte en el nuevo pacto y en el mérito de Cristo, iniciado en el Santo Bautismo con Agua, se confirma permanentemente al recibir la Santa Cena.

Además, la Santa Cena garantiza la comunión de vida con el Hijo de Dios. Constituye una manifestación visible y un fortalecimiento de la vida con Jesucristo. A través de su cuerpo y sangre, Cristo comparte con el creyente su naturaleza, que se destaca por la perfección de su poder para vencer, de manera que el creyente vive en Cristo.

A raíz de la verdadera presencia del cuerpo y sangre de Cristo, participar dignamente de la Santa Cena da lugar a la verdadera comunión con el Señor, unificando a los creyentes entre sí (Jn. 17:20-21). Esto también se expresa en 1 Corintios 10:17: “Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan". La unidad de los creyentes adquirida a través de la Santa Cena, es la unidad con Jesucristo, los Apóstoles por Él enviados y todos los renacidos de agua y Espíritu. En esta comunión de la Santa Cena, se ponen en evidencia claramente la verdadera naturaleza y la verdadera forma de la Iglesia de Cristo (ver 6.5).

La Santa Cena es un medio esencial en la preparación para el día del retorno de Cristo.

EXTRACTO

El portador de ministerio autorizado pronuncia para la consagración de la Santa Cena un texto litúrgico establecido que se basa en 1 Corintios 11:23 y en Mateo 26:26 y los versículos siguientes. (8.2.16)

En la hostia consagrada son suministrados el cuerpo y la sangre de Jesucristo. (8.2.17)

Las condiciones previas básicas para recibir dignamente la Santa Cena son un corazón deseoso de salvación y arrepentido, y la fe. (8.2.18)

En la Iglesia Nueva Apostólica se suministra pan y vino en la forma de una hostia en la que se han dejado caer gotas de vino. (8.2.19)

El tomar parte en el mérito de Cristo, iniciado en el Santo Bautismo con Agua, se confirma permanentemente al recibir la Santa Cena. La Santa Cena garantiza la comunión de vida con el Hijo de Dios y unifica a los creyentes entre sí. (8.2.20)

La Santa Cena es un medio esencial en la preparación para el retorno de Cristo. (8.2.20)