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- 22 de julio de 2020: Pensamientos sobre el texto bíblico
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios” (1 Corintios 1:26-27a). El texto bíblico para la hora de recogimiento de hoy se encuentra en el capítulo inicial de la primera epístola a los Corintios.
El anuncio del Evangelio fue rechazado tanto por los griegos educados filosóficamente como por los judíos piadosos. Los griegos pensaban que los razonamientos eran demasiado simples y no tenían el nivel del pensamiento filosófico. Los piadosos judíos pensaban que la fe en Cristo no era realmente convincente. Exigieron pruebas objetivas de su verdad. Pablo respondió a esto: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Corintios 1:18).
Mirar la vocación
Las personas que pertenecían a la comunidad cristiana eran personas sencillas, por lo general pobres y sin educación. Algunos quizás se avergonzaban por ser cristianos. Sentían el desprecio que muchos les tenían. Pablo convocó a ser conscientes de sí mismos: “Mirad… vuestra vocación”.
Ser llamados por Dios, pertenecerle y vivir en comunión con Él, se supone que debería dar seguridad y certeza. ¿Para qué, si no, ha sido llamado el cristiano de entonces y de ahora?
Ciertamente, en primer lugar, para ser testigo de la muerte y la resurrección de Jesucristo. Jesús no es solo un hombre entre otros hombres o una personalidad destacada que murió por determinados ideales. Él es la persona de la que depende nuestra salvación. Es hombre y Dios al mismo tiempo. También hemos sido llamados para anunciar el amor de Dios. Dios quiere library a los pecadores del pecado. Se dirige a los que están en el pecado. Los seres humanos no deben sentir miedo de Dios, sino que deben dirigirse a Él como un padre o una madre llenos de amor. Cuando tratamos a nuestro prójimo con amor, a través de nosotros se puede despertar en él el interés por el amor de Dios.
Pero nuestra vocación también concierne al futuro. Hemos sido llamados como primicias para “gobernar” con Jesús en el reino de paz, es decir, transmitir el Evangelio a los vivos y los muertos. Jesucristo, además, nos da a través de la vocación una perspectiva más allá del sufrimiento y la muerte, más allá de la existencia terrenal, nos da la certeza de la vida eterna en la nueva creación.
Son llamadas personas imperfectas
Pablo dice en la segunda parte de nuestro pasaje bíblico: “No sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios”. Dios elige a aquellos de los que uno puede preguntarse qué es lo que tienen de especial. La palabra deja claro que Dios no pide nada especial y que se dirige a personas totalmente “normales” en todas sus diferencias. Para ser llamado por Dios uno no debe ser necesariamente culto, influyente o pertenecer a una clase social alta. Esto ya era así en el antiguo pacto. Israel no fue llamado porque era un pueblo poderoso o grande: “No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos” (Deuteronomio 7:7-8a).
Tanto en el antiguo como en el nuevo pacto, el amor es el factor fundamental del obrar divino, por lo que la imperfección de un pueblo o un ser humano no pueden impedir ser llamado. Sin embargo, uno tiene que preguntarse cómo puede responder a la vocación divina. Una vida de fe, amor y obediencia es una expresión de un conocimiento más profundo de Dios. No olvidemos nunca: ¡Dios exalta y santifica al pecador que Él ha llamado!
22 de julio de 2020