Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider, ¿cuál es estado de las deliberaciones sobre el tema “Mujeres en el ministerio”? Siempre se plantean preguntas al respecto. ¿Cómo responde a ellas?

En nuestras deliberaciones sobre este amplio y complejo tema, nos guiamos por cuatro interrogantes fundamentales: ¿Qué dice Dios? ¿Qué dice la Biblia? Cuando conocemos sus respuestas: ¿Qué dice nuestra Iglesia? ¿Cómo es en cada país? Solo cuando hayamos encontrado respuestas razonables a todas estas preguntas sabremos qué decisión tomar. Así es como siempre lo hemos comunicado públicamente hasta ahora.

La primera pregunta ya está respondida.

Sí. Sobre la pregunta de la voluntad de Dios ya deliberamos en noviembre de 2020 y publicamos la resolución conjunta a la que llegamos:

• El hombre y la mujer son igualmente imagen de Dios. Son igualmente necesarios el uno para el otro y son de la misma naturaleza y dignidad.
• El hombre y la mujer son llamados a “señorear”. Ambos sexos tienen el encargo y la responsabilidad de preservar y dar forma a la creación. De los relatos bíblicos de la creación no se puede deducir en absoluto que el hombre y la mujer tienen diferentes ámbitos de señorío o de influencia.
• La interpretación de los roles del hombre y la mujer es diferente, pues refleja, entre otras cosas, los desarrollos sociales y políticos de la sociedad humana.

¿Entonces la conferencia de mayo trató sobre enunciados de la Sagrada Escritura?

Sí. Hemos hecho dos observaciones principales sobre este contenido: ¿Qué movió al Señor a llamar solo a hombres al ministerio de Apóstol y qué dice la Iglesia primitiva al respecto, por ejemplo, en las epístolas pastorales del Nuevo Testamento? Este es el punto en el que nos encontramos actualmente en nuestro proceso de conversación.

¿Hubo resoluciones sobre esta segunda pregunta?

No. Los Apóstoles de Distrito irán primero a sus asambleas de Apóstoles con el contenido de nuestras conversaciones. Así entendemos la información cuando se trata de contenidos: primero los Apóstoles de todo el mundo debaten sobre el estado actual de las deliberaciones. Después, tienen la oportunidad de hacer comentarios al respecto y presentar sus posiciones. A continuación, retomaremos el hilo de la conversación en la próxima asamblea de Apóstoles de Distrito en noviembre de 2021.

Es un planteamiento estratégico bastante largo. ¿Puede prever un resultado?

No, no puedo. Es muy temprano para ello. Pero mi planteamiento se explica rápidamente a partir de los interrogantes fundamentales expuestos más arriba:

1. ¿Responde a la voluntad de Dios que no sean ordenadas mujeres? Con un sí, ya no se necesitan más deliberaciones. Con un no:
2. ¿El hecho de que Jesús solo llamó a hombres al ministerio de Apóstol significa automáticamente que no pueden ser ordenadas mujeres? Con un sí, no habrá ordenación de mujeres. Con uno no, se plantea la pregunta:
3. ¿Es imposible la ordenación de mujeres debido a los enunciados correspondientes que se encuentran en las epístolas de los Apóstoles del Nuevo Testamento? Con un sí, le está faltando a la ordenación de mujeres un fundamento bíblico. Con un no a esta pregunta:
4. ¿Quiere la Iglesia o bien la asamblea de Apóstoles de Distrito ordenar a mujeres en un ministerio o no? Con un sí, surgen consecuencias regionales y sociales:
5. ¿Existe en un área, un país, una región la necesidad de ordenar mujeres? Con un no, no puede conferirse allí un ministerio a mujeres. Con un sí:
6. ¿Aceptan las comunidades y la sociedad en esa Iglesia regional la idea de la ordenación de mujeres? Con un no, no se llegará allí a la ordenación de mujeres. Si las respuestas son sí:
7. Las mujeres pueden ser ordenadas en el área, el país, la comunidad.

Así que tenemos por delante un proceso bastante largo, guiado por los cuatro interrogantes fundamentales mencionados anteriormente: ¿Qué dice Dios? ¿Qué dice la Biblia? ¿Qué dice la Iglesia? ¿Qué dice la cultura de una determinada región? Hasta ahora, hemos respondido al primer interrogante fundamental. La segunda cuestión ha sido debatida en esta asamblea de Apóstoles de Distrito y pasará primero a las asambleas de Apóstoles de la Iglesia mundial para que se siga deliberando sobre ella.

Hasta aquí el estado intermedio.