¡Él vendrá!

María estaba embarazada en un momento en que el estado de ánimo del pueblo judío se encontraba en un punto bajo. Israel ya no era un estado soberano y los ocupadores romanos no eran precisamente escrupulosos con sus súbditos.

María también se vio directamente afectada por eso. Tuvo que emprender un arduo viaje cuando su embarazo ya estaba muy avanzado para cumplir con el censo ordenado por las fuerzas de ocupación romanas, ni hablar de encontrar un lugar donde vivir una vez que llegaron a Belén. Tal vez se le haya ocurrido pensar que Dios podía hacer las cosas de otra manera. Sin embargo, ¿qué hizo Dios? No los liberó de la ocupación romana. No le ahorró a María las dificultades. Pero se aseguró de que el niño naciera sano y pudiera llevar a cabo su plan de redención.

Incluso hoy, la gente espera que Dios intervenga en la historia del mundo. Del mismo modo, se supone que Él resuelva las preocupaciones a nivel individual. Muchos tienen pesadas cruces que llevar y puede surgir la pregunta: “Amado Dios, al fin y al cabo soy tu hijo, ¿no puedes evitarme esto?”. Al igual que entonces, Él hoy no intervendrá en el curso de la historia, ni resolverá todos nuestros problemas personales. Pero una cosa sabemos con seguridad: Él se asegurará de que su plan se cumpla, de que su Hijo pueda venir y de que podamos pertenecer a la novia. Este es el obrar de Dios en nuestro tiempo. ¡El Señor vendrá!

 

Impulso de un Servicio Divino del Apóstol Mayor

Diciembre 2022