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- El Domingo de Ramos nos enseña: Dios lo tiene todo seguro en su mano
Zúrich/Estrasburgo. La entrada en la ciudad de Jerusalén estuvo muy meditada. El Hijo de Dios no pasó simplemente por la muralla como un visitante más, sino indicó exactamente lo que tenían que hacer sus discípulos. ¿Por qué? En sus indicaciones hay seguridad y salvación.
«Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó.» Al final de su prédica, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider concluye con el texto en Mateo 21:6 que en momentos de tribulaciones seguimos las enseñanzas de Jesús. Su llamamiento: «En las pruebas confiamos en Dios, nos ocupamos de nuestra salvación y permanecemos en la comunión con el apostolado. Nos cuidamos y nos apoyamos los unos a los otros.»
Domingo de Ramos, 5 de abril de 2020: El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider viajó a Estrasburgo. Solo estuvieron presentes unos técnicos. La prédica del dirigente de la Iglesia fue transmitida como streaming a los salones de los creyentes. Jesús fue a Jerusalén con pleno conocimiento de los hechos. Sentía temor por la prueba que enfrentaría, pero su amor por la humanidad era más fuerte que su temor. Los discípulos estaban angustiados cuando les anunció su sufrimiento y muerte. «Pero, aunque estaban llenos de miedo, continuaron siguiéndolo.»
Dios tiene en cuenta todos los detalles
El dirigente de la Iglesia recordó durante su prédica al contexto bíblico: Jesús se acercó a Jerusalén y encomendó a dos discípulos que le trajeran un burro, instruyéndoles cómo hacerlo. Les dice muy concretamente lo que tienen que hacer. Los discípulos siguieron fielmente las instrucciones de su Maestro. «Este acontecimiento con el burro ya nos indica», dice el Apóstol Mayor, «que Jesús ya sabía hasta el último detalle lo que iba pasar.» «Actualmente, vivos tiempos muy especiales: La gente está angustiada, muchos sienten miedo.» Sin embargo, el Espíritu Santo no consuela: «Dios no está mal preparado, lo tiene todo seguro en su mano. No hay crisis o catástrofe que le impida llevar a los suyos a su reino.»
Con estas palabras de consuelo y de seguridad, el Apóstol Mayor calmó los corazones de los muchos oyentes.
Tengamos en cuenta sus indicaciones
Al mismo tiempo, hizo un llamamiento de seguir las indicaciones de Jesús: «Lo hacemos porque reconocemos a nuestro Maestro en ellas.» Y el Apóstol Mayor mencionó tres indicaciones:
- «¡No se turbe vuestro corazón! ¡Creéis en Dios, creed también en mí!» – Creer en Dios es confiar en Él. Confiemos plenamente en Dios, su poder, su fidelidad y su amor. «Incluso cuando no entendemos su obrar.»
- «Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? […] Porque los gentiles buscan todas estas cosas. Pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.» – En estos tiempos de pandemia hacemos todo lo posible para mantener nuestra salud y la de los demás, sigue el Apóstol Mayor. Seguimos a conciencia las recomendaciones de las autoridades, nos abstenemos de ciertas actividades y nos protegemos lo mejor que podemos. «El Señor nos llama a dar tanta o más importancia a la preservación de nuestra vida espiritual y la de los demás.»
- El Señor envió a sus Apóstoles, les dio una gran comisión y les prometió estar con ellos. – «Confiemos en Él: Mientras permanezcamos en comunión con el apostolado, Jesús cuidará de las necesidades de nuestra alma, incluso en el tiempo en que no podemos reunirnos para celebrar la Santa Cena.»
Mantengamos sus mandamientos
Jesús también nos da instrucciones muy concretas. También en este caso el dirigente de la Iglesia dio unos ejemplos:
- «¡Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos! Porque esto es la ley y los profetas.» El Apóstol Mayor ofreció unas aclaraciones al respeto: «En la crisis del coronavirus, términos como «altruismo» o «desinterés» adquieren de nuevo un significado especial. Un gran número de personas, creyentes o no, se comprometen con su prójimo con gran sacrificio, a veces incluso con riesgo para ellos mismos. Les estamos profundamente agradecidos. Pero vayamos un poco más lejos. Pero vayamos un poco más allá. Consideremos nuestro propio compromiso con los demás en términos del amor al prójimo de estas personas. ¿Realmente hacemos por los demás lo que queremos que hagan por nosotros?»
- «Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.» El amor hacia los demás también es una «orden» del Señor: «Cuando Jesús nos pide que nos amemos, no es para evitar problemas dentro de la Iglesia, sino ¡para dar testimonio de su presencia entre los suyos!»
Dios mantiene su palabra
Luego el Apóstol Mayor se refirió a la fidelidad de Dios, Él que mantiene sus promesas: «Me gustaría mencionar dos de ellas, que son muy apropiadas para los tiempos que vivimos en la actualidad:
- «Pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.»
- «Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.»
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