Fundamento de la fe: la Biblia

La Sagrada Escritura es el fundamento de la doctrina de la Iglesia Nueva Apostólica. Es el punto de partida y el fundamento para la prédica. Cada interpretación debe ser guiada por el Espíritu Santo y enfocada en Jesucristo.

Las partes

La Biblia es una compilación de libros del Antiguo Testamento surgidos en el curso de más de mil años, y libros del Nuevo Testamento escritos a lo largo de unos setenta años..

Jesucristo es el centro de la Sagrada Escritura. El Antiguo Testamento, según el entendimiento cristiano, está orientado a preparar la encarnación y el obrar del Hijo de Dios. Lo que es importante, por lo tanto, son los enunciados del Antiguo Testamento que están en armonía con el Evangelio, como lo atestigua el Nuevo Testamento.

Los escritos tardíos del Antiguo Testamento (también llamados "apócrifos") proporcionan un importante vínculo con el Nuevo Testamento. En la Iglesia Nueva Apostólica son tan vinculantes para la fe y la doctrina como los demás libros canónicos del Antiguo Testamento.

La interpretación

El autor de la Sagrada Escritura es Dios, sus redactores fueron hombres inspirados por el Espíritu Santo. Dios se sirvió de sus capacidades para dejar sentado por escrito lo que según su voluntad deseaba que fuera transmitido.

Basada en la inspiración del Espíritu Santo, la Sagrada Escritura también debe ser interpretada con la ayuda del Espíritu Santo. Guiado por el Espíritu Santo, el ministerio de Apóstol destaca la importancia de la Biblia para el creyente de hoy y enseña cómo se debe poner en práctica el Evangelio.

Además, todo texto bíblico debe ser leído con respecto a su contexto. Todas las traducciones de la Biblia son interpretaciones de los textos originales. Por lo tanto, para llegar a una interpretación sostenible debe ser considerado el texto original.

Los libros bíblicos reflejan la situación en el momento en que fueron escritos. Contienen enunciados vinculantes sobre la salvación en Cristo. Pero también se encuentran enunciados que no forman parte de la doctrina en sí, que tienen su validez solo en las condiciones de vida de esa época.

La aplicación

La prédica se basa en la Sagrada Escritura, especialmente en el Nuevo Testamento. Como cualquier interpretación, siempre debe estar de acuerdo con los mensajes básicos del Evangelio. La prédica transfiere el texto bíblico al presente y lo hace aplicable para hoy. Esto fortalece la fe de los hombres, refuerza su confianza en Dios y profundiza su conocimiento.

Se recomienda a todos los creyentes que lean la Sagrada Escritura con regularidad, pues conforta y edifica, brinda orientación y amonestación, y promueve la comprensión.

 

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