Signos del amor divino: los Sacramentos

Los Sacramentos hacen visible el amor de Dios. Son sus dones fundamentales de gracia. En estos actos santos Dios da su salvación. El receptor es adoptado y preservado en la comunión de vida con Él.

"Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan" (1 Juan 5:8).

La Iglesia Nueva Apostólica conoce tres Sacramentos: el Santo Bautismo con Agua, la Santa Cena y el Santo Sellamiento. Recibir los tres Sacramentos brinda la posibilidad de ser unido con el Señor en el retorno de Cristo. La Iglesia Nueva Apostólica dispensa los Sacramentos no solo a los vivos, sino también a los muertos (difuntos).

Fundamental: el Santo Bautismo con Agua

El Santo Bautismo con Agua es la primera manifestación sacramental de gracia del trino Dios hacia el hombre que cree en Jesucristo. Modifica fundamentalmente la relación entre Dios y el hombre: Todos son pecadores incluso antes de poder pensar y actuar. El Santo Bautismo con Agua lleva desde ese distanciamiento de Dios a su cercanía. Es el primer paso en el camino hacia la vida en Dios. El bautizado es incorporado en la Iglesia de Cristo.

Se bautiza con agua y en el nombre de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La Iglesia Nueva Apostólica reconoce los Bautismos de otras denominaciones que se han realizado formalmente ("en la debida forma"). Los niños también pueden ser bautizados. Esto se debe a que el Nuevo Testamento testifica que las bendiciones de Dios también deben estar disponibles para los niños (Marcos 10:14). Cuando los niños son bautizados, los padres asumen la responsabilidad de su educación en el sentir del Evangelio hasta que el niño es capaz de hacer la confesión por sí mismo en la Confirmación.

Recurrente: la Santa Cena

La Santa Cena es el Sacramento que los creyentes pueden experimentar reiteradamente. Está en el centro del Servicio Divino. En la Santa Cena, la comunidad recuerda la muerte de Jesucristo en sacrificio, confiesa su resurrección y espera su retorno. Los creyentes celebran la comunión entre ellos y con el Resucitado. De esta manera, el Sacramento transmite la naturaleza y el poder del Hijo de Dios.

Lo que el agua es para el Bautismo, el pan y el vino son para la Santa Cena. La Iglesia Nueva Apostólica presenta estos elementos en forma de hostias rociadas con tres gotas de vino. Con la consagración de las hostias, la naturaleza del cuerpo y la sangre de Cristo se agrega a los elementos (consustanciación). Por lo tanto, el cuerpo y la sangre de Jesús están realmente presentes (presencia real).

Todos los que han sido bautizados en la debida forma y que confiesan a Cristo como su Señor y Salvador están invitados a la Santa Cena. Quien participa regularmente de ella en la Iglesia Nueva Apostólica confiesa de este modo su fe en los Apóstoles de Jesús activos en la actualidad.

Ampliatorio: el Santo Sellamiento

El Santo Sellamiento es el Sacramento por el cual Dios mismo da una participación en su naturaleza. A través de la imposición de las manos del Apóstol, el creyente recibe el don del Espíritu Santo. El requisito previo para recibirlo es la fe en el Dios trino, haber sido bautizado en la debida forma y la fe en los Apóstoles enviados por Jesucristo.

Este Bautismo con Espíritu completa el renacimiento iniciado en el Bautismo con Agua para convertirse en un hombre nuevo. Esto tiene efectos en el presente y el futuro: la primera cercanía a Dios se potencia hasta la filiación divina. Y el creyente está básicamente llamado a poder pertenecer a esas primicias que Jesucristo llevará con Él en su retorno.

 

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