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- «Fijarse en lo invisible»
Zúrich/Nazaret. Fue un servicio divino conmovido en Nazaret, la ciudad de Jesús cerca del lago de Genesaret: el apóstol mayor Wilhelm Leber y todos los apóstoles de distrito así como sus ayudantes se habían reunido en la comunidad que estaba a punto de reventar. Al final quedó el mensaje de que Dios ayudará a pesar de todas las tribulaciones de estos tiempos y por tanto ¡podemos echar un vistazo a lo invisible, lo eterno y al futuro!
El cabeza de la Iglesia Internacional trajo el texto bíblico de 2. Corintios 4: 17 y18 para la comunidad alegre: «Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. » El apóstol mayor Leber utilizó esta palabra de Pablo para lanzar la pregunta con qué debemos comparar nuestras tribulaciones, es decir nuestras preocupaciones y necesidades. El mismo apóstol mayor dio la respuesta y aclaró el valor tremendo de la unión eterna con Dios, el Padre celestial. «Compara tus necesidades con la futura salvación, entonces estas necesidades serán un poco más llevaderas». Es importante, así lo desea el apóstol mayor, que nos fijemos en lo invisible: Jesús no sólo es el carpintero de Galilea, sino también el Hijo de Dios. La comunidad no sólo es un grupo de devotos, sino también una congregación de creyentes, el servicio divino no sólo es una cita durante la semana, sino también es el oír de la palabra, la oración no sólo es un ritual, sino también una estrecha relación con Dios, la Santa Cena no es sólo una ceremonia, sino también la participación del cuerpo y la sangre de Cristo.
El apóstol de distrito Jean-Luc Schneider indicó la pequeña comunidad local que merece la pena luchar por el evangelio. «Si te rindes, ¡el Señor dispone de uno menos!».
Visita al Monte de las Bienaventuranzas
Nazaret tiene su propia larga historia. Aquí vivió el Señor, desde aquí salió al mundo. Los líderes de la Iglesia también tomaron el camino, en primer lugar hacia el Monte de las Bienaventuranzas donde Jesús dio su famoso sermón. Un coro de 90 componentes, que ya habían cantado durante el servicios divino de la mañana*, se reunió para entonar de manera espontánea un cántico en la entrada de la abadía en dicho lugar. Sonó "Yo adoro el poder del amor"; muchos turistas permanecieron en silencio y escucharon atentamente. Posteriormente el apóstol mayor Leber leyó las bienaventuranzas del evangelio según Mateo – un momento lleno de emociones.
*90 componentes del coro, compuesto de dirigentes de distrito, dirigentes de comunidad y sus esposas de varias comunidades del sur de Alemania formaron el coro de la comunidad durante el servicio divino en Nazaret. Ellos pasaron unos días en el país, pagando el viaje de su propio bolsillo, y aportaron mucha alegría a la pequeña comunidad.
Después el grupo de viajeros emprendió el viaje hacia Kefar Nahum (Capernaum). Recientemente, se han producido muchas excavaciones y parece cierto que aquí estuvo la sinagoga en la que el mismo Jesús leyó del Torá.
Capernaum, Jerusalén, Belén
Unos días antes los dirigentes internacionales de la Iglesia visitaron la ciudad de Jerusalén y Belén, la ciudad natal del Señor. Ambas ciudades, tanto la judía como la palestina, dejaron una impresión duradera en el grupo de viajeros. Sin embargo, cuando durante el servicio divino del domingo el coro entonó el primer cántico "Está abierta tu ventana hacia Jerusalén?" recordando así a Daniel, que lejos de su patria sintió nostalgia, el apóstol mayor hizo una comparación con nuestro tiempo actual: «¿Y cómo estamos nosotros en este momento? La vista hacia atrás conmueve nuestros corazones y nos ofrece buenos impulsos, pero no el pasado, sino el futuro decide sobre nuestra salvación. Cristo dijo que Él estaría ahí donde dos o tres se reúnen en Su nombre, ¡por tanto queremos aprovechar la actualidad!»
Una semana memorable llega a su fin.