El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

10.1.3 La comunidad nupcial

El encargo de los Apóstoles consiste en preparar a la Iglesia de Cristo para ser unida con Jesucristo en su retorno, conforme a las palabras del Apóstol Pablo: “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo" (2 Co. 11:2). La “virgen pura" hace referencia a la “esposa", una imagen de la comunión escatológica de los santos (Ap. 19:7).

Recién en el retorno de Cristo se manifestará quién pertenece a la esposa del Señor. Entre las características de aquellos que pertenecen a la esposa está que esperan cada día el retorno de Cristo y claman constantemente: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven" (Ap. 22:17 y 20).

Sobre esta comunión de los santos también se encuentran las imágenes de los “ciento cuarenta y cuatro mil" (Ap. 14:1-5) y del “hijo varón" (Ap. 12:5). Estas imágenes también muestran rasgos característicos y hechos particulares.

De los ciento cuarenta y cuatro mil se puede leer: “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente [...]. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios". La cantidad 144.000 tiene un carácter simbólico. Se deduce de la cantidad de las doce tribus de Israel y se refiere a la perfección divina.

La marca con los nombres del Cordero y de su Padre significa que los ciento cuarenta y cuatro mil son propiedad de Dios. Siguiendo a Cristo, llevan una vida acorde al Evangelio en palabras y obras (“en sus bocas no fue hallada mentira"; “son sin mancha"). Son calificados de “primicias" (en el texto griego: “primer fruto"), una indicación a las leyes de los sacrificios del Antiguo Testamento. Son “primicias" todos aquellos que el Señor lleve consigo en su retorno, hablando simbólicamente: aquellos que Él “siega" (Ap. 14:15).

Apocalipsis 12 habla de una mujer vestida del sol, una imagen de la Iglesia de Cristo (ver 6.4.5), que da a luz un hijo varón. Este está amenazado por un dragón, pero es arrebatado para Dios (Ap. 12:5). El varón simboliza la multitud de aquellos que serán arrebatados en el retorno de Cristo. El dragón es una imagen de Satanás (Gn. 3:1; Ap. 12:9). Este no puede impedir la consumación ni el arrebatamiento de la comunidad nupcial.

EXTRACTO

La doctrina de las cosas futuras (escatología) tiene su fundamento en la Sagrada Escritura. (10)

Uno de los enunciados centrales del Evangelio es el retorno de Jesucristo. Ser aceptados por Él en ese acontecimiento es la meta de la fe de los cristianos nuevoapostólicos. (10.1)

Jesucristo dio a sus Apóstoles la promesa de su retorno. Esta promesa fue confirmada por ángeles. Cuál será el día y la hora en que retorne Jesucristo, esto no lo sabe ningún hombre ni ningún ángel; sólo Dios lo sabe. Cada creyente es exhortado a orientar su vida hacia el retorno de Cristo. (10.1.1)

En el retorno de Cristo, resucitarán en primer término los muertos en Cristo. Los vivientes que se dejaron preparar para su retorno, recibirán un cuerpo semejante al cuerpo glorificado de Cristo. Luego todos juntos serán arrebatados y llevados hacia la eterna comunión con Dios. (10.1.2)

El encargo de los Apóstoles consiste en preparar a la comunidad nupcial para el retorno de Jesucristo. (10.1.3)

Recién en el retorno de Jesús se manifestará quién pertenece a la “esposa" del Señor, es decir a aquellos que serán arrebatados. Ellos también son llamados “primicias". Otra imagen para la comunidad nupcial es la del “hijo varón", un símbolo numérico para ella es el de “ciento cuarenta y cuatro mil". (10.1.3)