El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

3.4.11.1 Importancia de la resurrección de Jesucristo para la salvación

La resurrección de Jesús testifica el poder de Dios sobre la muerte. En Jesucristo este poder es inmanente a su naturaleza como Hijo de Dios.

En la resurrección de Jesucristo se cumplieron las promesas del Antiguo Testamento (Lc. 24:44-46; Os. 6:2) y también aquellas que el mismo Hijo de Dios había dado previamente (Mr. 9:30-31; 10:34).

Sin la fe en su resurrección, la fe en Jesucristo no tiene sentido: “Y si Jesucristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe" (1 Co. 15:14). Sólo por la resurrección de Cristo, el creyente tiene una fundada esperanza en la vida eterna, pues la resurrección hizo posible vencer la muerte resultante de la caída de Adán en el pecado y la consiguiente separación de la humanidad de Dios (1 Co. 15:21-22).

El confesarse a Jesús como el Cristo y la fe en su resurrección tienen una importancia fundamental para la redención del hombre (1 P. 1:3-12). Esta fe en la resurrección de Cristo como primicia de los muertos, coloca el fundamento para la fe en la resurrección de los muertos en Cristo y la transfiguración de los vivientes en su retorno: “... los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Co. 15:52).