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- 19 de agosto de 2020: Pensamientos sobre el texto bíblico
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca” (Santiago 5:8). El autor de la epístola de Santiago advierte a los lectores que deben tener paciencia en las dificultades y necesidades de la vida hasta la “venida del Señor”.
Por medio del ejemplo del labrador que espera a que llueva, el autor ilustra cómo debemos esperar la venida del Señor. Debemos ser pacientes y preparar nuestro corazón para ser aceptados por el Señor en su retorno.
Tened también vosotros paciencia
Las lluvias tempranas preparan el suelo para la siembra. Las lluvias tardías son importantes para que los cultivos puedan madurar hasta la cosecha. El Labrador debe ser paciente, porque no tiene control sobre la naturaleza ni sobre el desarrollo de la semilla. En nuestra vida nos enfrentamos a muchas situaciones, en las cuales se pone a prueba nuestra paciencia. La paciencia es la capacidad de tolerar demoras, problemas o sufrimiento, sin desanimarse. Cuando perdemos el control, ya sea en asuntos domésticos, en el trabajo, en el trato de cada día o también en nuestra comunidad, a veces nos sentimos frustrados.
El momento de la venida del Señor es un misterio (Mt. 24:36) que a más de uno quizás también le genere frustración. Pensemos en lo que dijo Jesús, el Resucitado, a sus discípulos, cuando ellos le preguntaron sobre su retorno: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hch. 1:7). Por lo tanto, debemos ser pacientes y afirmar nuestro corazón en la palabra y el Sacramento.
Afirmad vuestros corazones
Por más que pierda la paciencia, el labrador no está en condiciones de acelerar el proceso de maduración. En el transcurso de su vida, muchas personas se dan por vencidas por una situación que se salió de control. Deberíamos tener en claro que el retorno del Señor no depende de nuestros deseos y necesidades.
Afirmemos nuestros corazones, pues solo así podremos permanecer firmes en las pruebas y tentaciones. No podemos predecir las tentaciones que tendremos que atravesar. La epístola de Santiago brinda consuelo cuando dice que nuestra fe nos hace ser pacientes en las pruebas para que estas no nos provoquen un “cortocircuito” (S t g. 1:2-4). En ocasiones atravesamos tiempos de duda que nos hacen volver inseguros llegando a pensar si el Señor realmente vendrá otra vez. Entonces recordemos todo lo que ya ha hecho Dios en la historia de la salvación y en nuestra vida, y renovemos nuestra confianza en Él.
La venida del Señor también significa un juicio
En el versículo 9 se repite una vez más el pensamiento del retorno de Cristo haciendo referencia a que su retorno también significa un juicio: “He aquí, el juez está delante de la puerta”.
Enfoquémonos otra vez en la imagen del labrador. El día de la cosecha, el Labrador toma una decisión: separa el grano maduro del que no lo está. Del mismo modo acontecerá en el retorno de Cristo: serán arrebatados solo aquellos que habrán alcanzado el grado necesario de maduración para poder participar de la Primera Resurrección (Ap. 20:6).
Aunque no podamos influenciar sobre el momento en que vendrá el Señor, sí nos podemos preparar con paciencia para su retorno. La decisión de si somos dignos para pertenecer a la comunidad nupcial, depende únicamente de Jesucristo, que es un Juez justo.
19 de agosto de 2020