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- 12 de agosto de 2020: Pensamientos sobre el texto bíblico
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. (Hebreos 4:12).
El texto bíblico para la hora de recogimiento de hoy proviene de la epístola a los Hebreos, cuyo autor es desconocido. Presumiblemente la carta fue escrita alrededor del año 90 d. C. y, por lo tanto, pertenece a los escritos tardíos del Nuevo Testamento. La “palabra de Dios”, que se encuentra, por ejemplo, en las Sagradas Escrituras y se transmite en el anuncio de la palabra, se compara en nuestro texto bíblico con una espada. Al principio esto suena violento, tal vez incluso agresivo.
Una espada de dos filos puede ser usada en todas las direcciones. No hay que girarla como a una espada de un solo filo, porque ambos lados de la hoja de la espada pueden cortar por igual. La palabra de Dios, enfatiza el autor, es incluso más que una espada de doble filo, ya que penetra más profundamente que cualquier hoja y hace mucho más de lo que pueden hacer las armas humanas.
Si uno lee el presente versículo de la Biblia con atención, se da cuenta de que, aunque puede ser usada como espada y arma, a la palabra de Dios le falta algo: el aspecto destructivo. La palabra de Dios, por así decirlo, es capaz de revelar al ser humano en su esencia, de mostrar quién es realmente.
La palabra: viva y eficaz
La palabra de Dios es una palabra viva. Siempre habla para el presente. La palabra de la Biblia es antiquísima y, sin embargo, es acorde a la época, ya que se vuelve presente y efectiva a través de su anuncio. Es perfectamente pertinente para nuestra situación concreta de vida y nos hace preguntarnos cómo esto es posible. Además, la palabra de Dios también genera vida. ¡Quien la acepte y viva de acuerdo con ella (!) alcanzará la vida eterna!
Cuando el autor de la epístola a los Hebreos habla de que la palabra de Dios es eficaz, ciertamente está pensando en que está llena de poder. La palabra de Dios es el origen de la creación. Dios creó todo a través de su palabra. A través de la palabra, Jesús sanó enfermos y resucitó muertos. A través de la palabra, son perdonados los pecados y es prometida la salvación.
La palabra: cortante y penetrante
La agudeza de la palabra de Dios se muestra, entre otras cosas, por el hecho de que enseña claramente a distinguir el bien del mal, la verdad de la mentira. Cuando las personas hablan entre ellas, las palabras pueden servir para disimular u ocultar algo, pero la palabra de Dios pone en evidencia lo desagradable, lo perturbador y lo malo. Debe llevarnos a que nos evaluemos correctamente a fin de no autoengañarnos. Cuando la palabra de Dios penetra en nosotros, significa que estamos llenos de Él y vivimos con y por Él.
La palabra: juez de los pensamientos y las intenciones del corazón
Cuando la palabra de Dios nos penetra, se manifiesta lo que domina nuestros pensamientos y los motivos que subyacen a nuestros deseos. Nos damos cuenta de que no siempre actuamos y planeamos en el sentir de Dios y, entonces, a través de la palabra de Dios tenemos la oportunidad de convertirnos. Nos revela nuestras debilidades y somos advertidos de caminos equivocados, pero sobre todo nos señala el camino a Cristo, que conduce a la vida. Pues Dios básicamente solo quiere la salvación de los seres humanos (1 Ti. 2:4; Jn. 3:17). Y trabaja en ello con su palabra, incesantemente y con paciencia hasta que termine el tiempo de gracia.
12 de agosto de 2020