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- Tras la tormenta mortal: Oraciones para las Filipinas
Zúrich/Manila. Con una intensidad jamás visto antes el huracán Haiyan azotó las islas Filipinas. La tormenta, que alcanzó velocidades que superaban los 300 kilómetros por hora, ha dejado atrás muerte y duelo, destrucción y caos. Por ahora las autoridades están hablando de más de 10.000 muertos y hay muchos desaparecidos. Unos cuatro millones de personas se han visto afectadas por una de las peores catástrofes naturales.
El Apóstol de Distrito Urs Hebeisen, responsable de la Iglesia Nueva Apostólica en el Sudeste de Asia, está desconsolado: «La situación es francamente catastrófica. Nos tememos lo peor! Aún no es posible obtener datos e información fiables de los estados afectados. La comunicación está interrumpida. Estamos intentando dar con el Obispo Puso.»
La situación no es clara
Los medios internacionales comunican que la ciudad de Tacloban en la isla de Leyte prácticamente ha sido destruida – ya no existe. Las autoridades sospechan que sólo en esta zona hay más de 10.000 víctimas. La ONG de la Iglesia en el Sudeste de Asia "NACSEARelief" aún se está encargando de las personas en la región de Bohol, afectada por un fuerte terremoto de hace un mes. ¡Y ahora esta catástrofe! El Apóstol de Distrito Hebeisen escribe: «Hemos retirado a nuestro colaborador de la ONG en Bohol, ahora está de camino a Tacloban para encontrarse con nuestros hermanos en la fe. Mientras tanto, los jóvenes en Makati han empezado a componer paquetes de ayuda. Existe contacto con las ONG nuevoapostólicas en Europa.»
Se necesitan muchas oraciones
De momento, su conclusión es de suma preocupación: «Por lo que podemos ver, la situación es tan precaria que en este momento sólo el ejército puede trabajar en la zona. Las ONG internacionales y nacionales se encuentran en este momento en "modo de espera".» Termina con la frase: «¡Muchas gracias por todas las oraciones!»
El huracán más fuerte de todos los tiempos
Haiyan, la tormenta tropical más severa de todos los tiempos, llegó el viernes de la semana pasada con toda su rabia en la isla filipina oriental de Leyte. En la zona litoral los pueblos fueron inundados por olas de muchos metros de altura, muchas regiones están incomunicadas con el mundo exterior. Según el gobierno, cuatro millones de personas se han visto afectadas en 36 provincias. En muchas zonas no existe comunicación y están destruidas las redes de corriente eléctrico y de telefonía.