Cuestión de definición

Las personas tienen percepciones muy diferentes de la felicidad. Algunos la definen en términos de prosperidad terrenal; para otros, su prioridad principal es la salud; otros solo son felices cuando tienen familia y amigos a su alrededor.

Hay muchas cosas que consideramos requisitos básicos para ser felices. Lo que tienen en común es que todas están ligadas a una cierta expectativa: Dios debe darnos algo dinero, salud, personas y entonces seremos felices.

Dios también quiere que seamos felices. No está interesado exclusivamente en nuestro futuro en su reino, sino que también toma parte de nuestra vida aquí en la tierra. Sin embargo, tiene una visión ligeramente diferente de lo que significa la felicidad. Jesús nos dio el Evangelio y nos dijo que lo pongamos en práctica. Nos llama a amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si llevamos esto a nuestra vida diaria, tenemos garantizado tener siempre un corazón lleno de paz y alegría; incluso cuando alguna vez tenemos problemas financieros, estamos enfermos o nos sentimos solos. Quiere hacernos felices ya hoy en la tierra, independientemente de las circunstancias en las que nos encontremos en este momento. Pero tenemos que hacer algo por ello: confiar en Él y aceptar su palabra.

Impulso de un Servicio Divino del Apóstol Mayor

Febrero 2021