Unidad

Una de las mayores preocupaciones de Jesús es la unidad de los que creen en Él y lo siguen. Lo dejó bien claro en la oración sacerdotal (Juan 17).

Para muchos, la unidad es sinónimo de uniformidad: no hay diferencias, todos son iguales. Idealmente, uno mismo es la medida de todas las cosas, todos los demás son lo que uno quiere que sean. Pero eso no es en absoluto lo que Jesús pretendía. Él lo veía de forma completamente diferente. Para Él, la unidad significa ser uno en Cristo. Esto no exige que todos sean iguales, sino que todos estén llenos de su amor, que se amen unos a otros en sus diferencias.

Si el amor de Cristo no está presente en la comunidad, las diferencias conducen a la división. Entonces solo se miran las diferencias del prójimo y uno se escandaliza por ellas. Solo se ve cómo se harían las cosas de otra manera, probablemente mejor. Pero donde está presente el amor de Cristo, esos pensamientos desaparecen y las diferencias se convierten incluso en un enriquecimiento. Entonces se es uno en Cristo. Diferentes. Completamente diferentes. Pero juntos en Cristo.

Impulso de un Servicio Divino del Apóstol Mayor

Junio 2022