Abre el corazón

Con nuestro Bautismo –o bien con nuestra Confirmaciónhemos prometido desechar al viejo Adán. Hemos declarado abiertamente nuestra determinación de seguir a Dios en la fe y obediencia y de renunciar al mal.

Esto se hace posible cuando con pleno compromiso nos esforzamos por seguir el ejemplo de Jesucristo. Cristo se atuvo a la palabra de Dios y permaneció obediente aun cuando fue tentado por el diablo en el desierto. Confió en su Padre hasta el final e incluso cuando sus sufrimientos fueron más intensos, en la cruz, mantuvo la convicción de que su Padre lo amaba.
Escuchemos con obediencia y confianza lo que Cristo tiene para decirnos hoy. El Señor nos llama a buscar primeramente el reino de Dios. Lo terrenal no debe cobrar demasiada importancia, porque no se trata de la vida en la tierra, sino de la vida eterna.

Además, es necesario que haya un desarrollo personal. Hemos recibido dones de Dios y también debemos utilizarlos. Hasta el final tenemos que trabajar y luchar por mantener la fe.

Y no se trata de ser mejor que el prójimo. Las personas suelen querer tener más que los demás. No hay lugar para eso en el reino de Dios.

Hermano, hermana: abramos el corazón a Jesucristo y a lo que Él tiene para decirnos hoy, una y otra vez.

Abril 2023