“Nuestra meta es la comunión eterna con Dios”, dijo el máximo dirigente de la Iglesia, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider, el domingo de Pentecostés en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). “Para ello debemos llegar a ser como Jesucristo. Él es el que ama y el que sirve. También podemos hacerlo nosotros porque nos ha sido dispensado el Espíritu Santo. Solo tenemos que querer hacerlo”.

“No sientas temor ni retrocedas ante tu encargo. Cree que Dios te ha capacitado para servir como lo hizo Jesús. Confía en el don del Espíritu Santo”, apeló en la prédica sobre 2 Timoteo 1:7: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

“Lo que hagas en el Espíritu Santo nunca habrá sido en vano”, siguió diciendo el Apóstol Mayor, “Dios nos ha dado el máximo de amor que podemos recibir. Eso nos hace fuertes”. Pero “no se trata de ti. Eres solo una herramienta, el verdadero trabajo lo hace Dios”.

Reunidos durante cinco días

El encuentro de Pentecostés comenzó el miércoles pasado. Unas dos docenas de dirigentes regionales de las Iglesias y sus ayudantes llegaron a Ciudad del Cabo. Para conducir el Servicio Divino de entresemana, acudieron a las comunidades de la provincia de Cabo Occidental.

El jueves y el viernes se dedicaron a las deliberaciones en la asamblea Apóstoles de Distrito internacional, el órgano supremo en el que se toman decisiones en la Iglesia Nueva Apostólica. El sábado estuvo consagrado sobre todo al concierto de Pentecostés, que entusiasmó no solo al público local, sino también al de todo el mundo.

Esto se debió a que el concierto, al igual que el Servicio Divino central, fueron transmitidos públicamente a través de Internet. De este modo, cientos de miles de cristianos nuevoapostólicos pudieron celebrar juntos la fiesta de Pentecostés como el cumpleaños de la Iglesia de Cristo.