El poder de la calma

En el Antiguo Testamento, Sion era la morada de Dios. El lugar donde el pueblo de Dios, los creyentes, podía encontrarse con Dios y hablar con Él. El lugar donde Dios se revelaba a su pueblo.

Sion está hoy también en todos los demás lugares donde los hijos de Dios se reúnen para celebrar el Servicio Divino. Y es hermoso y una gracia especial que podamos orar juntos expresando todos nuestros pensamientos e intercediendo unos por otros.

Sin duda, la eficacia de una oración no depende del número de personas que oran. A veces, los creyentes piensan que cuanto más fuerte es su oración, más poder tiene. Pero el poder de nuestra oración no depende del volumen de nuestra voz.

El poder de nuestra oración depende de la calma que hay en nuestro corazón. No necesitamos gritar muy fuerte a Dios. Lo que importa es que haya calma en nuestro corazón. Le contamos a Dios nuestros deseos, nuestras preocupaciones, nuestros pensamientos. Y luego le decimos: “Pero tú lo sabes todo, conoces mis necesidades, confío en ti, hágase tu voluntad”. Y os digo que una oración así es una oración poderosa.

De un Servicio Divino del Apóstol Mayor

 

 

Agosto 2023