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El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica
3.1.5 Dios, el Eterno
Dios, “el Eterno", no tiene principio ni fin. No hay limitaciones temporales para Él. “Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios" (Sal. 90:2). Dios es Creador y Señor del tiempo; a diferencia del mundo material, subordinado a la temporalidad, Dios determina soberanamente sobre el tiempo, concede tiempo o también lo quita.
La eternidad de Dios trasciende el horizonte de la experiencia humana. Es infinita, no obstante no es una intemporalidad. Más bien, ante Dios el pasado, el presente y el futuro están igualmente presentes. Está implícito en 2 Pedro 3:8 que Dios está por encima de las dimensiones del tiempo y las domina: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día".