El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

5.3.6.1 La prohibición de matar en el Antiguo Testamento

La traducción literal de este mandamiento del texto original hebreo expresa: “No asesinarás". En el sentido original de la palabra, el quinto mandamiento prohibe derramar sangre inocente de forma arbitraria, ilegal y en perjuicio de la sociedad; no se refería a prestar servicios en guerras ni a la pena de muerte.

La ley mosaica distingue en sus sanciones entre homicidio inadvertido, involuntario y premeditado (Ex. 21:12-14).

En Israel, matar estaba penado básicamente con la muerte. Pero en las dos circunstancias del delito mencionadas en primer lugar, el autor tenía la posibilidad de huir. Si lograba llegar a salvo a una de las “ciudades de refugio" repartidas por la región de Israel, gozaba de refugio ante el vengador del homicidio (Nm. 35:6-34). En cambio, en caso de asesinato premeditado la pena de muerte era inevitable.

Reiteradas veces se informa en el Antiguo Testamento sobre matanzas, así, por ejemplo, en relación con la conquista de la tierra de Canaán o las luchas del pueblo de Israel contra los filisteos. Llamar a la guerra fue considerado un recurso legítimo incluso para preservar a Israel del culto a los ídolos.