El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

5.3.5.1 El cuarto mandamiento según la interpretación del Antiguo Testamento

El cuarto mandamiento se relaciona, al igual que la ley mosaica en general, con la peregrinación de los israelitas por el desierto (Dt. 5:16). De esta situación histórica se puede deducir el significado original del mandamiento: se refería en primer término a los israelitas libres (según la interpretación de esa época, ni a las mujeres ni a los extranjeros ni a los esclavos). Ellos debían honrar a los integrantes mayores de la parentela ayudándoles en la difícil marcha. La promesa pronunciada en el mandamiento también estaba dirigida a los israelitas: ellos debían vivir mucho tiempo y les debía ir bien, más precisamente en Canaán, la tierra que primero debían conquistar. Aquí se hace evidente que para el antiguo pueblo del pacto “que te vaya bien" estaba referido a la vida en la tierra. Cuando más adelante el antiguo pueblo del pacto habitó en Canaán, los padres ancianos eran honrados siendo mantenidos por sus descendientes y atendidos en caso de estar enfermos.

Algunas escrituras del Antiguo Testamento brindan explicaciones sobre este mandamiento: en Sirach 3:14, por ejemplo, el cuarto mandamiento hace referencia a la relación con los padres ya ancianos: “Amado hijo, asiste a tu padre en su ancianidad y no le vayas a entristecer mientras viva". En Proverbios 1:8 se exige obediencia al padre y la madre; según Tobías 10:13 también se debe honrar a los suegros: “Y los padres tomaron a la hija, la besaron y la dejaron marchar, diciéndole que honrara a los padres de su marido como a los suyos propios".