El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

8.1.2.1 Indicaciones del Antiguo Testamento sobre el Santo Bautismo con Agua

En el Antiguo Testamento se pueden encontrar indicaciones sobre el Santo Bautismo con Agua, al igual que para los demás Sacramentos.

En 1 Pedro 3:20-21 dice que la salvación de Noé y su familia en el arca tiene una correspondencia con el Bautismo y se la ve como una alusión a la futura salvación. También el paso de los israelitas por el Mar Rojo, es decir su liberación de la cautividad egipcia, se entiende en la tradición cristiana como una indicación a la liberación que acontece por el Bautismo con Agua.

La ley mosaica distingue estrictamente entre “puro" e “impuro". El agua es uno de los medios para conseguir la pureza en el culto. Las personas impuras en el culto se debían someter a un baño de purificación (Lv. 13-15).

Ezequiel 16:9 menciona un lavacro con agua y una unción con aceite, por el cual Jerusalén fue incorporada a un pacto de salvación. Esto también puede ser entendido como una indicación al Santo Bautismo con Agua y al Santo Sellamiento.

Lo sucedido a Naamán, general del ejército del rey de Siria, también puede relacionarse con el Bautismo: por orden del profeta Eliseo, el leproso se lavó zambulléndose siete veces en el Jordán y la enfermedad desapareció (2 R. 5:1-14). Esto puede entenderse como un símbolo del lavado del pecado original en el Bautismo.