El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

13.2.4 Ofrenda y bendición

A Dios le agrada cuando se le ofrenda con la actitud correcta y une a ello su bendición. “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra" (2 Co. 9:6-8). De estas palabras se puede deducir que de las ofrendas no siempre tiene que resultar bendición material que pueda ser reconocida. La fe da lugar al reconocimiento de que la ofrenda que sale de un corazón limpio acarrea bendición, no obstante muchas veces quede oculta a la percepción inmediata.

En los Servicios Divinos se ruega a Dios que quiera bendecir a los ofrendadores como asimismo a todas las ofrendas. Esta bendición Dios no la coloca solamente sobre las ofrendas materiales, sino también sobre la ofrenda de tiempo, dones y capacidades para Él y su Obra, así como sobre la renuncia a beneficios personales. La bendición de Dios puede ser experimentada en lo material, mas es ante todo espiritual. Entendemos por ello la entrega de bienes divinos de salvación provenientes del mérito de Cristo (Ef. 1:3-7).

EXTRACTO

En la ofrenda se expresan honra a Dios, agradecimiento, entrega y sumisión. (13.2)

A pesar de que ningún otro sacrificio puede ser comparado con el de Jesucristo, su disposición a la ofrenda es un ejemplo que invita al seguimiento. (13.2.2)

La disposición a la ofrenda nace del amor. (13.2.3)

El creyente expresa su agradecimiento y amor a Dios mediante dádivas concretas, sea con dinero o productos de la naturaleza. (13.2.3)

En la vida de la comunidad, la disposición a la ofrenda se exterioriza en que muchos hermanos y hermanas en la fe ponen una buena parte de su tiempo, de sus fuerzas y capacidades, al servicio de Dios y de la comunidad sin recibir retribución alguna por ello. (13.2.3)

La bendición vinculada con la ofrenda puede ser experimentada en lo material, mas es ante todo espiritual. (13.2.4)