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El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica
- Índice
- 8.3.1 El concepto “Sellamiento"
- 8.3.2 La promesa del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento
- 8.3.3 La unción de Jesús con el Espíritu Santo
- 8.3.4 El derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés
- 8.3.5 Otros testimonios del Nuevo Testamento sobre el Santo Sellamiento
- 8.3.6 La dispensación del Santo Sellamiento en la debida forma
- 8.3.7 Condiciones previas para recibir el Santo Sellamiento
- 8.3.8 El Santo Sellamiento como acto de Dios
- 8.3.9 Efectos del Santo Sellamiento
8.3.1 El concepto “Sellamiento"
El concepto “Sellamiento" hace referencia a la utilización de un sello. Un sello da fe a documentos importantes proveyéndolos de autoridad; documenta que son auténticos. Los escritos que se deben mantener en secreto, se cierran mediante sellos. Con un sello el propietario marca lo que es su propiedad; es garantía de que la autoridad lo respalda, le asegurará protección y no permitirá su deterioro.
En estos aspectos semánticos se apoya el nombre del Sacramento del Bautismo con Espíritu. Además, en las epístolas del Nuevo Testamento “ser sellado" se entiende como la recepción del don del Espíritu Santo:
“Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones" (2 Co. 1:21-22).
“En él [Cristo] también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo" (Ef. 1:13).
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención" (Ef. 4:30).
También en el Apocalipsis se encuentran referencias al Sellamiento como signo de propiedad o bien signo escatológico de salvación (Ap. 7:3; 22:4).