El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

3.5.3.2 La actividad del Espíritu Santo en los profetas del Antiguo Testamento

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento dan prueba de que el Espíritu Santo estuvo activo en los profetas y hablaba a través de ellos (Ez. 11:5; Mi. 3:8; Zac. 7:12; Hch. 28:25). En el Nuevo Testamento, el énfasis está colocado en el hecho de que los profetas se referían a Jesucristo: “Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer" (Hch. 3:18).

EXTRACTO

Jesucristo obró en el poder del Espíritu. Antes de su ascensión prometió a los Apóstoles que vendría sobre ellos el poder del Espíritu Santo. (3.5.2)

Dios concede el don del Espíritu Santo mediante imposición de manos y oración de un Apóstol. Aquí es importante diferenciar entre el Espíritu Santo como don de Dios y el Espíritu Santo como persona de la divinidad. (3.5.2)

En tiempos del Antiguo Testamento, el Espíritu Santo estaba en los hombres sólo temporariamente, y no, como en el nuevo pacto, como un don sacramental permanente. (3.5.3.1)

Han sido transmitidos ejemplos de la actividad del Espíritu Santo en el tiempo de Moisés, de los jueces y los reyes en Israel. El Espíritu Santo asimismo estuvo activo en los profetas. (3.5.3.1; 3.5.3.2)