El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

3.3.1.2 La creación visible

La Sagrada Escritura atestigua que Dios creó al mundo visible en seis “días de la creación". Estos no se entienden como períodos determinados con precisión. La Biblia informa sobre cómo se le dio existencia a lo que es perceptible para el hombre: Dios es el Creador de la totalidad de la realidad que podemos experimentar. Por su palabra surgieron los cielos y la tierra, la luz, la forma de la tierra, el sol, la luna y las estrellas, las plantas y los animales, como asimismo el hombre; y todo era bueno en gran manera (Gn. 1:31).

Aunque la creación sufrió las consecuencias del pecado, Dios siguió valorándola en forma básicamente positiva. Esto se demuestra, entre otras cosas, en que Él vela sobre el orden inamovible que dio a su creación (Gn. 8:22). Así, la creación visible – aun en su estado de caída – da un testimonio elocuente de Dios el Creador (Ro. 1:20). Dios ingresa en la creación material a través de la encarnación.

Dios le asignó al hombre su espacio vital y le encargó que reine sobre la tierra y la preserve (Gn. 1:26-30; Sal. 8:6). En el trato con la creación, el hombre es responsable ante Dios, el Creador. Está obligado a tratar con gran consideración a toda vida y a su espacio vital.