El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

7.3.1 Referencias del Antiguo Testamento

Aunque desde la perspectiva del nuevo pacto el ministerio en el sentido actual recién fue instituido por Jesucristo, también se pueden encontrar referencias al ministerio neotestamentario en el antiguo pacto: en el rey, en el sacerdote y en el profeta. No obstante, esto no quiere decir que todos los reyes de Israel eran portadores de un ministerio espiritual. Más bien pueden establecerse referencias al ministerio en personas destacadas de la historia de la salvación:

  • David constituye un ejemplo de un rey elegido y ungido. Su significado para la historia de la salvación se evidencia en que Jesús es llamado “Hijo de David" (Mt. 21:9).

  • Melquisedec es un ejemplo de un sacerdote que transmite la bendición de Dios (Gn. 14:18-19).

  • Moisés se puede mencionar como ejemplo de un profeta (Dt. 18:15) que proclama la voluntad divina y que por indicación de Dios le dio la ley al pueblo.

A la luz del Nuevo Testamento, estos ministerios pueden entenderse como alusiones al “mejor ministerio" que vendría en Jesucristo.

El ministerio central del Antiguo Testamento es el de sacerdote. El arquetipo del servicio sacerdotal y del ministerio de sumo sacerdote es Melquisedec. Él bendice a Abraham y recibe ofrendas de él (Sal. 110:4). Como bendecidor está por encima de aquel que recibe la bendición. El sacerdote, en su función, está por encima del patriarca de la fe.

Todo Israel había sido llamado por Dios para ser un reino de sacerdotes (Ex. 19:6). Sin embargo, Dios reservó el servicio del templo sólo para una tribu, la tribu de Leví, y de la tribu de Leví sólo a una parte, al sacerdocio aaronita, le asignó el servicio de las ofrendas.

Considerando el ministerio de sacerdote desde la perspectiva de la epístola a los Hebreos, se puede decir que una tarea de los sacerdotes consistía en preparar al pueblo de Israel para la llegada del Mesías, para la venida de Jesucristo como el verdadero sumo sacerdote (3.4.7.2).