El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

11.3 El ministerio de Apóstol vuelve a estar cubierto en la Iglesia Católica Apostólica

Entre 1826 y 1829, el banquero Henry Drummond (1786 hasta 1860) invitó a su residencia de campo en Albury, al sur de Inglaterra, en gran cooperación con el sacerdote presbiteriano Edward Irving (1792 hasta 1834), a representantes de la así llamada “Escuela profética" para una serie de conferencias, a fin de buscar claridad en enunciados bíblicos sobre el resurgimiento de la plenitud que el Espíritu Santo había tenido en sus orígenes y sobre el retorno de Cristo.

También en Escocia, creyentes de diferentes confesiones compartían la expectativa de un incremento en la actividad del Espíritu Santo. En 1830 hubo entre ellos muchas curaciones de enfermedades, hablar en lenguas y profecías.

Basado en la fe y esperanza en un ministerio especial para la Iglesia, John Bate Cardale (1802 hasta 1877), miembro de la Iglesia Anglicana, fue llamado el 31 de octubre de 1832 (otras fuentes hablan del 7 de noviembre de 1832) en Londres por el Espíritu Santo para ser colocado en el ministerio de Apóstol, siendo designado como tal por Henry Drummond. En agosto de 1832 se había unido a la comunidad de Irving. En Navidad del mismo año, realizó su primer acto ministerial como Apóstol al ordenar a William R. Caird como Evangelista. Durante casi un año Cardale siguió siendo el único Apóstol, ejerciendo una influencia definitoria en el concepto del ministerio de Apóstol en las nacientes comunidades.

En el tiempo que siguió, el movimiento obtuvo estructuras más definidas. Además se desarrolló la interpretación de ministerio y de los Sacramentos.