Este no llegará a ser nunca nada …

Muchos profesores quizás hayan pensado esta frase sobre algún estudiante. Con gran pena creyeron que todos los esfuerzos por darle algo para su vida habían sido en vano.

Entonces más grande es su alegría cuando en algún momento se enteran de que ese estudiante llegó a tener éxito en la vida. La semilla que el profesor esparció al final dio sus frutos.

También en nuestra vida de fe a menudo puede pasar mucho tiempo sin que podamos reconocer los resultados de nuestras acciones. Quizás las semillas en realidad cayeron en suelo infértil; pero también podría ser que simplemente se necesita de un poco de tiempo y paciencia; o incluso tal vez algo ya haya sucedido, pero nosotros todavía no podemos verlo. Cuando orientamos nuestra vida en el Evangelio, servimos al Señor y hablamos sobre nuestra fe, esparcimos buenas semillas. Si caen en suelo fértil, Dios actuará y las hará germinar en el corazón de nuestros semejantes para que puedan dar fruto. ¡Qué grande será entonces la alegría!

Impulso de un Servicio Divino del Apóstol Mayor (de: "Unsere Familie" 21/2020)

Noviembre 2020