El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

5.3.4.3 Jesucristo y el día de reposo

La actitud de Jesús frente al día de reposo se diferencia básicamente de aquella de los judíos fieles a la ley. En la conducta del Hijo de Dios se puede ver claramente que la ley y el Evangelio evalúan el día festivo en forma diferente. Aunque en el día de reposo Jesús fue a la sinagoga (Lc. 4:16), también sanó a enfermos allí (Lc. 6:6-11), lo que para los escribas era un trabajo y por lo tanto, una transgresión del tercer mandamiento. En cambio para Jesús la curación de los enfermos era expresión de un acto divino de bien y también estaba permitida en el día de reposo.

Jesucristo tiene la autoridad para liberar el día de reposo de la estrechez de una legalidad rigurosa: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo" (Mr. 2:27).