El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

5.3.8.3 La prohibición del hurto en el Nuevo Testamento

En la conversación con el joven rico (Mt. 19:16-23), Jesús citó el séptimo mandamiento; conforme a Marcos 7:20-23, el Señor calificó al hurto como pecado, cuyo origen está dentro del hombre, al cual contamina. En estos pasajes, el séptimo mandamiento se interpreta en el sentido habitual del Antiguo Testamento.

En Juan 10:1 se amplía elevándose a un nivel espiritual: “De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador". Esta es una referencia a aquellos que tientan a otros hacia las herejías. Son ladrones y salteadores, que actúan como lobos, buscando presas entre los creyentes y tratando de arrebatarlos del rebaño de Cristo (Hch. 20:29).