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El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica
10.5 La Primera Resurrección
La expresión “Primera Resurrección" sólo se encuentra en la Sagrada Escritura en Apocalipsis 20:5-6, vinculada con una importante bienaventuranza: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos". Estos bienaventurados, es decir, aquellos que han sido arrebatados en el retorno de Cristo y los mártires de la gran tribulación, quedan exceptuados del juicio final.
1 Corintios 15:20 y 22-24 alude al “orden" que seguirá la resurrección de los muertos: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho[...]. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia".
El Apóstol Pablo destaca entonces tres aspectos principales:
Primero resucitó Cristo, Él es la primicia de los que resucitan. Toda esperanza de resurrección se basa en la resurrección de Jesucristo.
La resurrección que sigue “luego" les ha sido prometida a los que son de Cristo cuando Él venga: en su retorno resucitarán los muertos en Cristo, que luego serán arrebatados junto con los vivientes transfigurados (ver 10.1.2). En relación con la venida de Cristo con poder y gran gloria les ha sido prometida la resurrección a los mártires de la gran tribulación. La gran resurrección comprende ambos acontecimientos. Para todos los que participarán de la misma vale: “Serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años" (Ap. 20:6).
El “fin" mencionado por el Apóstol Pablo en 1 Corintios 15:24, se refiere al juicio final. Previamente tendrá lugar la resurrección general de los muertos.