El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

10.6 Continuación de la historia de la salvación

Después de finalizada la Primera Resurrección, Cristo establecerá su reino de paz sobre la tierra. Su reinado se manifestará plenamente. Él es el Príncipe de paz (Is. 9:6); Satanás estará atado y ya no podrá tentar a nadie a cometer pecado. No obstante, los hombres seguirán siendo pecadores, ya que la inclinación al pecado no será anulada. Se nacerá y se morirá, pues la muerte tampoco habrá sido anulada todavía (Ap. 20:14; comparar con Is. 65:20-21).

Quedan exceptuados de ello, los sacerdotes de Dios y de Cristo, que tendrán un cuerpo espiritual semejante al del Señor (1 Co. 15:44).

El reinado de Cristo, del cual hará participar a los suyos como el sacerdocio real, durará “mil años", un símbolo de un tiempo largo, pero limitado (Ap. 20:6). El Evangelio podrá ser difundido sin obstáculos; consiguientemente, durante ese tiempo será ofrecida salvación: serán llevadas las buenas nuevas tanto a los hombres que vivan sobre la tierra como también a las almas que se encuentren en las esferas de los difuntos. Así, al final del reino de paz todos los hombres de todos los tiempos habrán entrado en contacto con el Evangelio de Cristo.

El reino de paz finalizará cuando Satanás sea soltado y tenga oportunidad de engañar a los hombres por última vez. Luego de su derrota definitiva será juzgado y “lanzado en el lago de fuego" (Ap. 20:7-10). El mal en todas sus formas será ineficaz para siempre.

Ahora tendrá lugar la resurrección de los muertos para el juicio (Ap. 20:11-15). Cristo juzgará a todos los hombres que no participaron de la Primera Resurrección.

Será definitoria para la condena, la última posición adoptada por el hombre ante Cristo. El que lo rechace y “no se halló inscrito en el libro de la vida", quedará en un estado de aflicción alejado de Dios.

Aquellos que hallen gracia en el juicio final, serán moradores de la nueva creación de Dios y podrán estar en eterna comunión con Él.

Para aquellos que ya reinaron con Cristo como el sacerdocio real en el reino de paz, se cumplirá en la nueva creación la promesa: “Sus siervos le servirán,y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos" (Ap. 22:3-5).

La espera de 2 Pedro 3:13 se habrá hecho realidad: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (comparar con Is. 65:17). Dios pondrá una nueva creación en el lugar de la vieja, y se cumplirán las palabras: “Él [Dios] morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" (Ap. 21:3). Este reino de Dios será eterno; entonces Dios será todo en todos (1 Co. 15:28).

EXTRACTO

Al arrebatamiento de la comunidad nupcial le siguen las bodas del Cordero. La imagen de la fiesta de bodas escatológica alude a la comunión perpetua de las primicias con el Señor. (10.2)

Jesucristo como el Cordero significa que el Hijo de Dios humillado y crucificado es al mismo tiempo triunfante y vencedor; es el Novio. (10.2)

Después del retorno de Cristo comienza un tiempo en el que los hombres y la creación estarán librados al poder de Satanás: la gran tribulación. En la imagen de la mujer vestida del sol que dio a luz al hijo varón, se muestran aquellos cristianos que no fueron arrebatados hacia Jesucristo. Ellos seguirán experimentando acompañamiento divino y atención espiritual. (10.3)

Después de las bodas en el cielo, el Hijo de Dios retornará a la tierra junto con las primicias y pondrá fin al tiempo de la gran tribulación. El séquito de Satanás será sometido a juicio. (10.4)

Después de haberle sido quitados sus poderes a Satanás, tendrá lugar la resurrección de los mártires de la gran tribulación. (10.4)

En la Primera Resurrección tendrán parte aquellos que han sido arrebatados en el retorno de Cristo, así como los mártires. Ellos quedan exceptuados del juicio final. (10.5)

Después de finalizada la Primera Resurrección, Cristo establecerá su reino de paz sobre la tierra. Al final del reino de paz todos los hombres de todos los tiempos habrán entrado en contacto con el Evangelio de Cristo. Luego de que Satanás tenga oportunidad de engañar a los hombres por última vez será derrotado definitivamente y será juzgado. El mal en todas sus formas será ineficaz para siempre. (10.6)

Tendrá lugar la resurrección de los muertos para el juicio. Aquellos que hallen gracia en el juicio final, serán moradores de la nueva creación de Dios y podrán estar en eterna comunión con Él. (10.6)