El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

12.4.5.2 Acompañamiento en el duelo

El duelo debe ser admitido. A quienes están de duelo se les ofrece el acompañamiento de los asistentes espirituales. Lo importante es ir a ver a los deudos, expresarles el pésame y orar con ellos. Muchas veces es difícil llegar siquiera al corazón de los deudos. Sin esforzarse por sentir lo que ellos sienten, esto en definitiva no será posible.

Una asistencia espiritual que lleve consuelo a los familiares, puede extenderse por semanas y meses, a veces también puede llevar años después de la muerte de la persona amada.

Muchas veces existe el temor de elegir palabras equivocadas ante los deudos, que puedan abrir heridas. Lo importante es transmitir el sentimiento de ser partípe en su dolor. A pesar de todo posible miedo de contacto, los prójimos – sean familiares, hermanos en la fe, amigos o asistentes espirituales – deben acercarse a los deudos: “No dejes sin consuelo a los que lloran, sino comparte la tristeza de los tristes" (Sirach 7:38).