El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

12.4.5.3 Superación del duelo

El acompañamiento en el duelo y la superación del mismo van juntos. El acompañar a los deudos sirve para alentarlos a hablar sobre la pérdida y poder expresar sus sentimientos. Se pueden tocar temas como tristeza, miedo, rabia, estar reñido con Dios y sentimientos de culpa, y expresarlos sin reservas al asistente espiritual. Una de las funciones de la asistencia espiritual es recordar precisamente en esos momentos lo positivo, hechos o experiencias felices con el difunto.

En comunión con otras personas que sufren, el deudo se siente entendido y aceptado en su sufrimiento.

Resulta muy importante para ayudar a superar el duelo, cuando se hace tomar conciencia de que Jesucristo también sufrió y murió. En la resurrección de Jesús se fundamenta la resurrección del difunto; él tiene parte en la victoria de Cristo sobre la muerte: “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven" (Ro. 14:7-9).

EXTRACTO

Los moribundos y sus allegados necesitan apoyo y consuelo. (12.4.5)

La fe brinda la certeza de la vida terrena. Mitiga el momento de la muerte y la despedida. (12.4.5.1)

El miedo a la muerte no puede ser interpretado como una señal de falta de fe. (12.4.5.1)

También forma parte del acompañamiento para la muerte que el asistente espiritual celebre con el moribundo la Santa Cena. (12.4.5.1)

El duelo debe ser admitido. A quienes están de duelo se les ofrece el acompañamiento de los asistentes espirituales. Esto puede llevar años. Lo importante es visitar a los deudos y transmitirles el sentimiento de ser partípes en su dolor. (12.4.5.2)

El acompañar a los deudos sirve para alentarlos a hablar sobre la pérdida y poder expresar sus sentimientos. Resulta muy importante para ayudar a superar el duelo, cuando se hace tomar conciencia de que Jesucristo también sufrió y murió. (12.4.5.3)