El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

5.3.10.3 Codicia por el cónyuge del prójimo

En el Antiguo Testamento, David y Betsabé nos proveen un ejemplo extraordinario de hacia dónde puede conducir la codicia por la mujer del prójimo: al adulterio, a la mentira y al asesinato (2 S. 11). El Hijo de Dios también abordó la relación entre la codicia por la mujer del prójimo y el adulterio (Mt. 5:27-28). Según la comprensión cristiana, la prohibición de codiciar la mujer del prójimo, también prohibe a una mujer codiciar el esposo de su prójima. Si la codicia está dirigida al cónyuge de otra persona, constituye una transgresión de un mandamiento divino. En este sentido, 1 Juan 2:16-17 se puede entender como una prevención ante tales codicias: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos".