El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

3 El trino Dios

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo Dios. La automanifestación de Dios dentro de la historia de la salvación, la cual deja en claro que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo existen, crean, obran y sustentan desde el principio, atestigua que Dios es trino desde siempre.

En el antiguo pacto se manifestaba ante todo Dios el Padre, mientras que el obrar del Hijo y el Espíritu Santo aún quedaba ampliamente oculto a los hombres. Desde la perspectiva del Nuevo Testamento, el Apóstol Pablo hizo ver que el Hijo de Dios ya estaba presente cuando el pueblo de Israel transitaba por el desierto (1 Co. 10:4). Además, en Marcos 12:36 y Hebreos 3:7 dice que el Espíritu Santo ya habló en el antiguo pacto.

La encarnación, la muerte y la resurrección del Hijo de Dios, como asimismo el envío del Espíritu Santo, permiten reconocer a Dios como el Trino. Jesucristo destaca los efectos de la Trinidad Divina en Juan 16:13-15: lo que es del Hijo, también es del Padre y lo que hace saber el Espíritu Santo lo toma del Padre y del Hijo.

El trino Dios es un Dios de comunión de Padre, Hijo y Espíritu; su comunión querría hacerla accesible al hombre.