El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

1.1 Automanifestación de Dios en la creación y en la historia

El hombre no puede reconocer por sí mismo el ser ni la naturaleza de Dios, el obrar ni la voluntad de Dios. No obstante, Dios no se oculta, sino que se revela al hombre.

La revelación es la manifestación de la naturaleza divina, la verdad divina y la voluntad divina y debe verse como una señal de la dedicación de Dios a los hombres.

Bajo “automanifestación de Dios" debe entenderse que Dios le permite al hombre echar vistazos en su naturaleza. Dios se revela de esa manera, como Creador del cielo y de la tierra, como el Liberador de Israel, como el Reconciliador de los hombres y como el Creador de la nueva creación. La revelación no sólo es la automanifestación y la transmisión de la voluntad divina, sino también el encuentro que Dios garantiza a los hombres en la palabra y los Sacramentos.