El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

3.3.4 El hombre como unidad de espíritu, alma y cuerpo

Dios creó al hombre como ser físico y como ser espiritual, es decir, espíritu y alma. El cuerpo del hombre es mortal, mientras que el espíritu y el alma son inmortales (ver 9.1).

El cuerpo surge del engendramiento, por lo tanto toma parte en la esencia y figura de los padres. En cambio, el alma no se debe al acto humano del engendramiento, sino que es creada directamente por Dios. En ella se hace evidente que Dios es Creador también en el presente.

En la Biblia, el espíritu y el alma no se distinguen claramente uno del otro. [6] Ellos capacitan al hombre para participar del mundo espiritual, reconocer a Dios y estar vinculado con Él.

Espíritu, alma y cuerpo no se deben entender como independientes unos de otros, sino que más bien están relacionados entre sí, se compenetran e influencian, pues el hombre es una unidad: mientras viva sobre la tierra, una unidad de espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23), que actúan en estrecha interacción entre sí; después de la muerte del cuerpo, una unidad de espíritu y alma.

Con la muerte no finaliza la personalidad del hombre. De allí en más se expresa a través del espíritu y el alma.

Durante la resurrección de los muertos, el espíritu y el alma serán unidos con un cuerpo de resurrección (ver 10.1.2).

EXTRACTO

El maligno hace caer al hombre en tentación y este sucumbe a ella, violando el mandamiento dado por Dios: el pecado ha ingresado en la existencia humana. (3.3.3)

La consecuencia del pecado es la separación de Dios. Además, la libertad original del hombre ha experimentado una limitación decisiva: aunque el hombre de allí en más se esfuerce por llevar una vida acorde a la voluntad de Dios, fracasará una y otra vez. El hombre, también como pecador, no queda sin la asistencia de Dios. (3.3.3)

Dios creó al hombre como ser físico y espiritual: el cuerpo es mortal, el ser espiritual – espíritu y alma – existe eternamente. Con la muerte no finaliza la personalidad del hombre. De allí en más se expresa a través del espíritu y el alma. (3.3.4)

[6] El alma inmortal no debería ser confundida con la “psique" humana, que coloquialmente también es llamada “alma". De la misma forma, el espíritu, que forma parte de la esencia eterna del hombre, se debe diferenciar del intelecto (coloquialmente llamado el “espíritu humano").