El Catecismo en preguntas y respuestas

307. ¿Qué significa el primer mandamiento para nosotros hoy?

El primer mandamiento nos induce a
honrar a Dios por amor. Esta honra a
Dios se lleva a cabo con adoración, obediencia y temor de Dios. El temor de Dios surge del amor a Dios. No es expresión de miedo, sino de humildad, amor y confianza en Dios.
Se debe aceptar a Dios así como Él se ha presentado en el mundo: en Jesucristo (cf. Juan 14:9).
Es una violación de este mandamiento, volverse en cierta medida como un dios, en cuanto a poder, honor, dinero, ídolos o también personalmente, al cual debe estar subordinado todo lo demás. Hacerse una imagen de Dios según los propios deseos e ideas, viola igualmente el primer mandamiento. Del mismo modo, transgrede este mandamiento cuando en estatuas, árboles, manifestaciones de la naturaleza, etc. se ven dioses. Además constituyen acciones contra el primer mandamiento el satanismo, la adivinación, la magia, la brujería, la invocación de espíritus y la nigromancia.

El término “magia” proviene del griego y se asocia con “hechicería”, “ilusión”, “fascinación”. Forma parte de la magia la idea de que a través de ciertos actos (rituales) y/o palabras (fórmulas mágicas) se pueden influenciar o dominar seres humanos, animales, también acontecimientos y objetos. Frecuentemente la magia se relaciona con el mal.
Los adivinos son personas convencidas de que ven el futuro y pueden predecir lo que pasará en él. Expresan sus adivinaciones valiéndose de señales misteriosas que interpretan debidamente. En tiempos del antiguo pacto, la adivinación era una práctica habitual en las cortes reales, pero en el pueblo de Israel estaba estrictamente prohibida.
La nigromancia es una forma especial de adivinación: se procura tomar contacto con los muertos para consultarlos por cosas futuras; cf. 1 Samuel 28:3 ss.

“Engrandeced a nuestro Dios”
Deuteronomio 32:3