El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

3.4.8.5 Los milagros de Jesús

Los cuatro Evangelios transmitidos informan sobre hechos milagrosos de Jesús que acontecieron realmente y que testifican sobre su mesianidad. Sus milagros evidencian la dedicación llena de misericordia de Dios al hombre que sufre. Son hechos de revelación, al mostrar la gloria de Cristo (Jn. 2:11) y su autoridad divina (Jn. 5:21).

Múltiples son los milagros que realizó el Hijo de Dios: curación de enfermos, expulsión de espíritus malos, resucitación de muertos, milagros de la naturaleza, milagros de la alimentación, milagros de dádivas.

Curación de enfermos

Jesús curó a enfermos, ciegos, paralíticos, sordos, leprosos. Estas curaciones de enfermos aluden a la naturaleza divina de Jesucristo que actuaba completamente igual a como Dios había dicho de sí mismo ante Israel: “Yo soy Jehová tu sanador" (Ex. 15:26). Uno de los milagros más conocidos es la curación del paralítico en Capernaum (Mr. 2:1-12), a quien Jesús primero dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados" (versículo 5). Los escribas lo consideraron una blasfemia. El Señor dejó en claro que tenía poder tanto para perdonar pecados como para sanar. Los milagros de curación están estrechamente relacionados con la fe de los hombres.

Expulsión de espíritus malos

Los hechos milagrosos de Jesús también incluyen la expulsión de espíritus malos (Mr. 1:23-28). Jesucristo fue reconocido como Señor hasta por los demonios (Mr. 3:11). El mal, como queda demostrado, no es un poder independiente, sino que está subordinado al poder de Dios; el tiempo de su dominio destructor y su influencia sobre los hombres llegó a su fin con la venida de Jesucristo (Lc. 11:20).

Resucitación de muertos

Los Evangelios informan de tres casos en los cuales el Señor hizo volver a la vida a seres humanos que estaban muertos: la hija de Jairo (Mt. 9:18-26), el joven de Naín (Lc. 7:13-15) y Lázaro (Jn. 11:1-44). Antes de resucitar a Lázaro, Jesús se reveló con palabras de fundamental importancia: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente" (Jn. 11:25-26). Jesucristo no sólo tenía el poder para devolver la vida a los muertos, sino que Él mismo es la vida, Él mismo es la resurrección. Resucitar a alguien de la muerte alude simbólicamente a que la fe en Jesucristo significa vencer a la muerte y por ende, vida eterna.

Milagros de la naturaleza

Cuando el Señor reprendió al viento y al mar, quedó demostrado su poder sobre los elementos (entre otros, Mt. 8:23-27). El dominio sobre las fuerzas de la naturaleza destaca que el Hijo de Dios también es Creador y que estaba antes de toda creación como “el Verbo eterno del Padre" (Jn. 1:1-3).

Milagros de la alimentación

En todos los Evangelios leemos sobre la alimentación de los cinco mil (entre otros, Mr. 6:30-44), en Mateo y Marcos además sobre la alimentación de los cuatro mil (Mt. 15:32-39; Mr. 8:1-9). Estos hechos recuerdan por un lado, que Dios alimentó a su pueblo en el desierto, y por el otro, hacen referencia a la Santa Cena: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo" (Jn. 6:51).

Milagros de dádivas

Son también señales de la divinidad de Jesucristo y de la cercanía del reino de Dios aquellos milagros en los cuales las personas recibieron una plenitud de dádivas terrenas. Son ejemplos de ellos la pesca de Pedro (Lc. 5:1-11) y lo sucedido en las bodas de Caná, cuando Jesús convirtió el agua en vino (Jn. 2:1-11).

EXTRACTO

El punto central del anuncio de Jesús lo constituye el reino de Dios en su forma presente y futura. En Jesucristo, el reino de Dios está ahora presente en persona. (3.4.8.4)

El contenido fundamental del Evangelio es la gracia, el amor y la reconciliación manifestados en Jesucristo. (3.4.8.4)

Todos los Evangelios informan sobre hechos milagrosos que acontecieron realmente y que testifican sobre la mesianidad de Jesús. Sus milagros evidencian la dedicación llena de misericordia de Dios al hombre que sufre. (3.4.8.5)

Múltiples son los milagros que realizó el Hijo de Dios: curación de enfermos, expulsión de espíritus malos, resucitación de muertos, milagros de la naturaleza, milagros de la alimentación, milagros de dádivas. (3.4.8.5)