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El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica
- Índice
- 3.4.9.1 Jesús instituye la Santa Cena
- 3.4.9.2 Jesús en Getsemaní
- 3.4.9.3 Jesús ante el concilio
- 3.4.9.4 Jesús ante Pilato y Herodes
- 3.4.9.5 La crucifixión de Jesús y su muerte en sacrificio
- 3.4.9.6 Referencias del Antiguo Testamento al padecimiento de Jesús y su muerte en sacrificio
- 3.4.9.7 Referencias de Jesús a su padecimiento y muerte
- 3.4.9.8 Referencias a la muerte de Jesús en sacrificio en las epístolas de los Apóstoles
- 3.4.9.9 La cruz
3.4.9.7 Referencias de Jesús a su padecimiento y muerte
Los Evangelios informan que el Señor anunció en diferentes ocasiones su padecimiento y muerte, pero también su resurrección. Como ejemplo mencionaremos aquí:
Tras la confesión de Pedro a Jesús: Tú eres “el Cristo de Dios", el Señor reveló a los discípulos: “Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día" (Lc. 9:22).
Poco después de lo acontecido en el Monte de la Transfiguración, Jesús enseñó a sus discípulos: “El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día" (Mr. 9:31).
Antes de entrar en Jerusalén, el Señor se dirigió a los doce: “El Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para que le encarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; mas al tercer día resucitará" (Mt. 20:18-19).
Cuando los escribas y fariseos quisieron ver señales, Jesús se remitió a la historia del profeta Jonás: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches" (Mt. 12:40). Indicaciones similares dio en ocasión de la purificación del templo: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré" (Jn. 2:19). Recién después de su resurrección quedó en claro para los discípulos que Jesucristo se había referido al templo de su cuerpo (Jn. 2:21-22).