El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

8.2.5 La institución de la Santa Cena por Jesucristo

Ya antes de instituir Jesucristo la Santa Cena en presencia de sus Apóstoles, dijo: “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn. 6:53). “Carne y sangre" son una clara alusión a la Santa Cena, demostrando el Señor en estas palabras que es necesaria para poder alcanzar la salvación. Son igualmente importantes las demás indicaciones del Señor: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna [...] El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él" (Jn. 6:54 y 56).

En los Evangelios sinópticos podemos leer que Jesucristo en la fiesta de Pascua celebró una comida con sus Apóstoles. Mateo 26:26-29 explica cómo el Señor instituyó la Santa Cena: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre" (Mr. 14:22-25; Lc. 22:14-20). Mientras que el informe del Evangelio de Marcos es muy similar al de Mateo, en el informe del Evangelio de Lucas se hallan los siguientes textos adicionales: “... haced esto en memoria de mí" y “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre" (Lc. 22:19-20).

Con las palabras: “Haced esto en memoria de mí", el Señor confiere a sus Apóstoles el envío y la autoridad para celebrar la Santa Cena de la misma manera que Él.