Los portadores de ministerio son responsables de la asistencia espiritual. Como asistentes espirituales, tienen la tarea de construir una relación de confianza con los creyentes y acompañarlos en todas las situaciones de la vida. Apoyan a los confiados en sus preocupaciones y preguntas por medio de conversaciones de asistencia espiritual promoviendo su desarrollo espiritual.