En la conversación de asistencia espiritual, los portadores de ministerio se dirigen personalmente al creyente. El contenido de la conversación se trata de forma confidencial. Deben estar en sintonía con el respectivo interlocutor, su situación de fe y sus circunstancias de vida. Los portadores de ministerio son exhortados a escuchar con atención y paciencia. Se esforzarán por fortalecer la fe en Dios, su acompañamiento y ayuda.

Un contenido esencial de la conversación de asistencia espiritual es la fe. Se pueden tratar temas de los Servicios Divinos, experiencias de fe y preguntas sobre la doctrina de la fe.

Si a los asistentes espirituales les parece oportuno a partir de su responsabilidad, darán algún consejo de asistencia espiritual. Ofrecen orar junto a los hermanos y hermanas en la fe. En su oración expresan agradecimiento y las cuestiones sobre las que se ha conversado. También seguirán acompañando a los hermanos en la fe intercediendo por ellos.

En el caso de preocupaciones serias, puede ser apropiado involucrar en estas cuestiones a portadores de ministerio superiores. Sin embargo, esto solo puede hacerse con el consentimiento expreso de los hermanos y hermanas en la fe.^[78]