El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

3.4.15 La promesa del retorno de Jesucristo

La promesa del retorno de Jesucristo es un elemento central en la anunciación del Nuevo Testamento. Conceptos como “día del Señor", “día de Cristo", “futuro de nuestro Señor", “revelación de la gloria de Cristo", “aparición" y “venida de Cristo" se refieren siempre al mismo acontecimiento: Cristo vendrá nuevamente y tomará consigo a los suyos de entre los muertos y los vivos. Este acontecimiento no es el juicio final, sino que Él volverá por la novia de Cristo para llevarla a las bodas del Cordero (Ap. 19:7).

Hay gran cantidad de testimonios bíblicos sobre la promesa del retorno de Cristo; se encuentran a lo largo de todo el Nuevo Testamento:

  • En primer lugar es el Señor mismo quien dijo a sus Apóstoles: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Jn. 14:3). Exhortó a sus discípulos a velar y estar preparados: “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá" (Lc. 12:40). En las parábolas de la venida del Hijo del Hombre (ver 3.4.8.6) se acentúa que el día de Cristo vendrá repentinamente y que producirá una separación: algunos serán aceptados, otros quedarán atrás.

  • Luego son ángeles los que prometieron a los Apóstoles en la ascensión de Jesús que Él vendrá nuevamente (Hch. 1:11).

  • Finalmente, la promesa del retorno de Cristo es confirmada en las epístolas de los Apóstoles; algunos ejemplos son: en 1 Juan 3:2 está descripto en pocas palabras el futuro glorioso de los hijos de Dios, quienes en su consumación serán semejantes al Señor. El Apóstol Santiago pide tener paciencia hasta la venida del Señor, “... porque la venida del Señor se acerca" (Stg. 5:8). El autor de la epístola a los Hebreos también exhorta a ser pacientes: “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará" (He. 10:37). Cristo vendrá por segunda vez “... sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan" (He. 9:28).

  • La segunda epístola de Pedro está dirigida en contra de todos los que niegan el cumplimiento de la promesa del retorno de Cristo. Incluso excluye la posibilidad de que esta promesa se retarde (2 P. 3:9).

  • El Apóstol Pablo confirma la promesa del retorno de Cristo y en forma reiterada se refiere a este acontecimiento en sus epístolas. En ellas hace alusión concretamente a la resurrección de los muertos en Cristo y a la transfiguración de los vivientes en el día del Señor (1 Ts. 4:13-18). Ese día vendrá así como ladrón en la noche (1 Ts. 5:2). El Apóstol concluye su primera epístola a los Corintios con el saludo: “Maran-ata", el Señor viene (1 Co. 16:22).

  • En el Apocalipsis de Juan, es nuevamente el Hijo de Dios el que muestra lo que debe suceder pronto (Ap. 1:1). El llamado: “He aquí yo vengo pronto", es el mensaje central del Apocalipsis. A este llamado el Espíritu y la Esposa responden: “Amén; sí, ven, Señor Jesús" (Ap. 22:12 y 20).

Los pasajes bíblicos citados hablan del retorno de Cristo como un hecho que tendrá lugar pronto y con certeza, el cual traerá salvación y comunión con Cristo y por lo tanto, consuelo en la tribulación y la aflicción (Ro. 8:17-18). Así la promesa del retorno de Cristo es una buena nueva dirigida a todos los hombres. Aquellos que han aceptado a Cristo y tienen en ellos su Espíritu y su vida, y a pesar de su pecaminosidad se atienen a la palabra: “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (Col. 1:27), vivirán el cumplimiento de la promesa.

EXTRACTO

La promesa del retorno de Jesucristo es un elemento central en la anunciación del Nuevo Testamento. Con este retorno de Cristo no es asociado el juicio final, sino más bien que Cristo tomará consigo de entre los muertos y los vivos a quienes tengan en ellos su Espíritu y su vida. (3.4.15)

Todo el Nuevo Testamento está surcado por testimonios sobre la promesa del retorno de Cristo. Habla de él como un hecho que tendrá lugar pronto y con certeza. (3.4.15)