El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

8.2.15 La Santa Cena y el ministerio de Apóstol

Jesucristo instituyó la Santa Cena en presencia de los Apóstoles, confiándosela a ellos. Les dio el encargo de predicar el Evangelio y dispensar los Sacramentos. En la epístola a los Hebreos queda demostrado que Jesucristo es el verdadero Sumo Sacerdote, que se ofreció a sí mismo en sacrificio. Cuando el Apóstol o el portador de ministerio sacerdotal autorizado por él, realiza la consagración, esto acontece por encargo y poder pleno de Jesucristo. Es el Espíritu Santo el que hace posible la verdadera presencia del Hijo de Dios, su cuerpo y sangre en la Santa Cena. También en este sentido, los Apóstoles de Jesús son “administradores de los misterios de Dios" (1 Co. 4:1).

Allí donde está activo el Espíritu Santo a través del ministerio establecido y autorizado por Jesucristo, tiene lugar la realidad sacramental.

EXTRACTO

El perdón de los pecados y la Santa Cena están estrechamente relacionados entre sí. Ambos tienen su fundamento en el sacrificio de Jesucristo. Aunque el sacrificio de Cristo está presente en la Santa Cena, este Sacramento no causa por sí mismo el perdón de los pecados. (8.2.14)

El perdón de los pecados sirve para posibilitar la participación digna en la Santa Cena. (8.2.14)

Jesucristo instituyó la Santa Cena en presencia de los Apóstoles, confiándosela a ellos. (8.2.15)

Allí donde está activo el Espíritu Santo a través del ministerio establecido y autorizado por Jesucristo, tiene lugar la realidad sacramental. (8.2.15)