El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

8.2.6 La Santa Cena en la primera epístola a los Corintios

En 1 Corintios 11:17-32 se halla un testimonio sobre el festejo de la Santa Cena y las palabras pronunciadas por Jesús al instituirla. En este texto se testifica en primer lugar, que en las primeras comunidades cristianas se practicaba el festejo de la Santa Cena. El Apóstol Pablo cita las palabras de institución de la Santa Cena utilizadas en Corinto. Aquí queda en claro que existía un texto establecido de antemano: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado". Luego siguen las palabras de institución: “Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga" (1 Co. 11:23-26).

Este texto brinda explicaciones sobre la situación en la cual tuvo lugar la institución de la Santa Cena y cita palabras pronunciadas por Jesús. Las palabras de institución incluyen la conmemoración de ese acontecimiento único en la historia de la salvación. Allí donde se festeja la Santa Cena, también se recuerda la noche en la cual Jesús fue traicionado.

Asimismo van unidos el partimiento del pan y el agradecimiento a Dios (del gr.: “eucharistein"). Al mismo tiempo se menciona la interpretación del pan y el vino: el pan no es sólo pan de Pascua, sino “mi cuerpo que por vosotros es partido". Tampoco la copa contiene sólo el vino habitual de la cena pascual, sino que “es el nuevo pacto en mi sangre". La copa con vino que iba pasando de mano en mano en el festejo de la cena, representa el nuevo pacto fundamentado en la muerte de Jesús. El que bebe de la copa, recibe la sangre de Jesucristo, es decir, al Señor mismo. Al final del texto se destacan el significado del anuncio de la muerte acontecida una única vez y el significado del retorno de Cristo. Asimismo se subraya la importancia de la Santa Cena para la comunión de vida con el Señor: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan" (1 Co. 10:16-17).