El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

8.2.3 Los milagros de Jesús sobre la alimentación y la Santa Cena

Los Evangelios dan cuenta de que Jesucristo comió y bebió con los pecadores. A diferencia de los fariseos y escribas, participó en la mesa para estar en comunión con aquellos que según la ley mosaica eran considerados impuros y que por lo tanto, estaban excluidos del trato con los devotos (Mr. 2:13-17).

Y Jesús no sólo comió con otros, los Evangelios también informan que proveyó alimentos. Sus milagros de la alimentación, por ejemplo, la alimentación de los cinco mil (Jn. 6:1-15), la alimentación de los cuatro mil (Mt. 15:32-38) y también el milagro del vino en las bodas de Caná (Jn. 2:1-11) son señales del reino de Dios que, en Jesucristo, se acerca a los hombres. La alimentación terrena, más allá de ser una comida para saciar el apetito, alude a la salvación en Cristo. Esto queda en claro por las palabras del Señor cuando se refirió a la alimentación de los cinco mil expresando que Él mismo era “el pan de vida" (Jn. 6:26-51).