El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

8.2.4 La cena de Pascua

Por indicación de Dios, los israelitas celebraron la primera cena pascual en la noche anterior a la salida de Egipto. A tal efecto sacrificaron y prepararon corderos sin defectos. Los comieron acompañados de pan sin levadura. La sangre del cordero, con la cual pintaron los postes de las puertas, fue la señal para quedar liberados de la décima plaga que sobrevendría sobre Egipto, la muerte de los primogénitos (Ex. 12).

Dios mandó celebrar la cena de Pascua cada año en conmemoración de la liberación de Egipto.

Las semejanzas entre la cena de Pascua y la Santa Cena son evidentes: ambas son cenas de conmemoración, en las que el pan es un componente imprescindible. La copa de vino que se bebe al final del festejo de la cena pascual, simboliza la alegría generada por la liberación del cautiverio egipcio. La sangre del cordero pascual que salvó a los primogénitos de los israelitas, es una referencia a Jesucristo como el “Cordero de Dios" que es sacrificado. “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn. 1:29; comparar con 1 P. 1:19).

En la cena de Pascua se recuerda la liberación de los israelitas de la cautividad de los egipcios. La Santa Cena hace referencia a la liberación en un sentido mucho más amplio, esto es: a la redención de los hombres de la cautividad del pecado a través del sacrificio de Cristo y a la salvación de la muerte eterna.